EL cosplayer Rengoku Kazuaki, es un joven japonés que cobró fama durante los días más crudos de la pandemia por su postura antivacunas. Lo que más llamaba la atención de él es que participaba en las manifestaciones usando vestimentas de Kyojuro Rengoku; un personaje del anime Demon Slayer.
Además de esto, el cosplayer protestaba por el uso obligatorio de las mascarillas en los barrios de Tokio; y en una estación de tren de gran afluencia. Otro hecho que le ganó bastante notoriedad es que se coló en una convención japonesa en las que visibilizó sus ideas.
No contento con esto, a mitad de febrero de este año Kazuaki promovió una protesta en un restaurante temático de gatos en Shinjuku. Este movimiento desató una cadena de eventos que terminarían por cambiar la vida del impulsivo convocante.
El cosplayer Rengoku sufre una epifanía
Tras la manifestación en el restaurante, el gerente del local molesto por los hechos se hizo con la dirección de Kazuaki y le escribió unas notas. El mensaje era sencillo, que dejara de realizar manifestaciones y de molestar a otras personas.
Al parecer las notas surtieron efecto en el cosplayer que increíblemente pidió disculpas y se comprometió a dejar de protestar. Como prueba de esto el joven se dejó ver en Tokio con un letrero recomendando el uso del tapabocas.
Paradójicamente, según el relato, el día posterior a este cambio de actitud el arrepentido cosplayer empezó a sentirse enfermo. Tras sufrir de fiebre se hizo el test y resultó positivo para COVID-19. A partir de allí comenzó a través de Twitter a contar su experiencia con el virus. Incluso se atrevió a definir su anterior conducta como una acción bioterrorista.
Como colofón de esta epifanía, Rengoku Kazuaki señaló que usará de ahora en adelante la mascarilla y que en cuanto pueda se pondrá la vacuna que tanto había criticado.
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