El pasado martes 22 de febrero, las autoridades chinas ordenaron el cierre parcial de la ciudad industrial de Suzhou junto a otras medidas después de que se informaran nuevos casos de locales contagiados con la variante ómicron de Covid19, la cual es altamente transmisible entre la población. Esta medida va de acuerdo a las políticas de «tolerancia cero» que ha adoptado China para enfrentar la crisis de la pandemia.
China ha utilizado bloqueos estrictos y pruebas masivas para pisotear grupos emergentes de casos en todo el país en el último año. Sin embargo, es probable que la variante ómicron altamente transmisible plantee un desafío importante para la efectividad de estas medidas.
Se detectaron casos en el Parque Industrial de alta tecnología de Suzhou donde también se albergan instalaciones de fabricación clave de varias empresas globales como Samsung, Eli Lily, entre otras. Las operaciones de fabricación en plantas dirigidas por Bosch y la empresa taiwanesa de semiconductores United Microelectronics Corporation (UMC) fueron las más afectadas.
«Esperamos un impacto a corto plazo en nuestras operaciones de fabricación y logística en Suzhou», señaló el proveedor de automóviles Robert Bosch en un comunicado a el lunes por la noche, y agregó que el personal de la oficina local estaba trabajando desde casa. Mientras que UMC dijo que su subsidiaria de fabricación de obleas de 8 pulgadas en Suzhou había suspendido temporalmente la producción debido a una sospecha de infección por COVID, pero dijo que no vio un impacto material en las finanzas de la compañía.
Lo complejo de todo esto es que gran parte de la industria del hardware recibe suministros de este distrito y es probable que la escases de gpus, memorias ram, placas madre y procesadores vuelva a ser una realidad.
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